Chopo

Descripción

Los chopos, además de la función medioambiental que poseen de manera intrínseca, son “explotados” con el objetivo de obtener un rendimiento económico que se logra con la venta del chopo a la industria maderera del desenrollo.

El desenrollo del tronco permite obtener chapas de madera destinadas al sector del mueble de calidad. Pero no toda la madera producida puede ser destinada a la obtención de chapa de madera ya que sólo la parte del tronco libre de ramas y nudos puede ser desenrollada.

El resto de madera se utiliza para la obtención de madera de segunda que se emplea para la fabricación de cajas de fruta, palillos mondadientes o para el triturado y fabricación de tableros de aglomerado. El valor de madera obtenida para chapas es muy superior al de la destinada para otros usos, por lo que es muy interesante que la gestión de la explotación esté orientada a la obtención del mayor volumen posible de madera de alta calidad. Los troncos no redondos (ovalados) también reducen el precio final de la madera ya que es una condición necesaria para un completo aprovechamiento del desenrollo.

Características de la madera

La madera de chopo ofrece las siguientes características:

Blancura natural, sin necesidad de tratamientos químicos.
Bajo peso específico, lo que le confiere resistencia y ligereza.
Textura fina y uniforme, debido a la característica de su fibra.
Fácil mecanización.
Puede estar en contacto directo con los alimentos sin alterar sus aromas y sabores.
Admite tintas y barnices, ofreciendo excelentes calidades en acabados.
Estabilidad dimensional, por su bajo nivel de contracción.
Desde el punto de vista medioambiental el chopo es un producto forestal renovable, procedente de cultivos que, generalmente, se efectúan en las riberas de la mayoría de los ríos españoles.

Las características de la madera de chopo son muy similares a las especies tropicales blandas como okume, calabó, fuma, etc. La gran ventaja del chopo con respecto a estas es que en realidad es un cultivo forestal (no es un bosque natural) y las plantaciones se localizan normalmente en los terrenos tradicionales de cultivos agrícolas, en el entorno de los cauces fluviales (ecosistemas especialmente sensibles), con una clara función protectora frente a inundaciones y empleando cantidades mínimas de fertilizantes y pesticidas con respecto a los cultivos agrícolas. Por contra las especies tropicales proceden de bosques naturales tropicales explotados habitualmente sin una gestión sostenible, y además el consumo de energía para la explotación y transporte desde el trópico hasta los lugares de consumo europeos es muy grande.